viernes, 18 de agosto de 2017

EQUIPAMIENTO I: La mochila-cama chilena. Por Patricio Greve Moller

     Sargento 1° Pedro Pablo Benavides del regimiento cívico movilizado
 “Esmeralda”en 1879, junto al subteniente Luis Ureta Carvallo.
 Se puede apreciar la mochila-cama en su espalda, junto con ella
 la maleta cilíndrica de lona (colección fotográfica particular).

Aunque este curioso equipamiento es uno de los tantos diseños nuevos y pruebas de equipos para la guerra, es poco conocido; ya que no se cuenta con iconografía o esquemas relativos a su configuración, sólo descripciones escritas y algunas fotos que lo atestiguan; aún así, trataremos de mostrar su configuración.


    
          Soldado Tristán González del batallón cívico
                 movilizado“Chacabuco” N°1 en 1879. Se aprecia
                  la maleta cilíndrica de lona en su espalda y un par
                  de botas de repuesto en las amarras de su mochila 
(colección  particular).

Durante la guerra se conocieron dos tipos de mochilas militares. La primera, totalmente de cuero (la antigua) y la segunda (la nueva) de hechura mixta, en gran parte de tela burda con refuerzos de cuero y armazón de madera.  Según los informes de la Intendencia General de Chile de 1879, este nuevo equipamiento nació de: “…la necesidad de aliviar al soldado de todo peso inútil para la marcha, y de darle un menor volumen y peso posible, se adoptó, después de un examen e informe del ejército expedicionario, de esta nueva prenda de equipo que fue designada con el nombre de mochila-cama.  Ésta consistía en un paralelógramo de lona fuerte blanca, sobre la cual iba cosida una frazada de lana  y una sábana de tocuyo. En el centro de una de sus cabeceras, lleva cosida una pequeña maleta cilíndrica de lona, con cabecera de suela, destinada a guardar la ropa y útiles de vestuario que el soldado no tiene en inmediato uso y que le sirve a la vez de almohada. En la práctica, se encontró que esta mochila no dio los resultados esperados porque se prestó para que el soldado la llenara con cuanto encontró en su camino y la hizo muy pesada. Este defecto, sin embargo, no era de la mochila, sino de una falta de disciplina y control; pues estaba reglamentado lo que cada soldado debía llevar…”.  


    Interpretación de cómo debió ser la mochila-cama. Aunque no existen esquemas,
ni originales en museos o colecciones particulares, se ha interpretado el posible
 diseño y la forma de uso por la tropa (ilustración del autor, Patricio Greve Moller).
El periódico El Estandarte Católico nos complementa la información el 27 de febrero de 1880, con un extracto del corresponsal del diario El Lota, quien describe este equipo en la forma siguiente:  “…La mochila es lo más curioso, extendiéndola aparece una cama completa: compónese de un pedazo de lona como de dos y media varas de largo y dos pies de ancho la que termina en un cilindro vacío, el que se puede llenar de tierra o paja, sirviendo así de almohada; en la parte superior de la lona hay hilvanada con cáñamo una ancha y gruesa sábana, a los pies hay otra sábana angosta y larga, de manera que el individuo queda tapado con tres: las dos de los lados y la de los pies, no pudiendo así destaparse por el mal dormir…”.  En su mochila, el soldado lleva una muda completa de ropa, menos las botas; cuando le toca hacer una marcha corta y con parada larga.  La iconografía nos muestra también las correas laterales para sujeción del par de zapatos acharolados negro (cuando se disponía de este calzado adicional).  La mochila-cama completa un costo de $ 5,60 de la época, y se mandaron a hacer sólo 11.204 unidades. El resto del ejército mantuvo la mochila antigua, suministrada por la Maestranza de Artillería desde 1879 hasta 1884.

PATRICIO GREVE MOLLER

  Investigador Hístórico-Militar.



                 Soldado   Soldado Eleodoro Gálvez Moscoso del batallón cívicomovilizado
         “Chacabuco” N°1 en 1879, Antofagasta, junto al coronel de Guardias Nacionales
         don Domingo de Toro Herrera. Es apreciable el otro lado de la mochila-cama en
          su espalda con la maleta cilíndrica sobre ella, y las amarras para los zapatos
          (“Álbum Gráfico Militar de Chile. Campaña del Pacífico.   1879-1884”de 
             J. Antonio Bisama Cuevas, 1909).


      



 Capitán Roberto Márquez Labra (derecha) y su ordenanza, 
del regimiento cívico movilizado “Curicó”. Se destacan 
claramente las maletas tras la nuca, de las mochilas-cama
 (colección fotográfica particular).

3 comentarios:

  1. Buenisimo artículo, durante mucho tiempo traté de imaginar como eran. Felicitaciones

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  2. Muy buen articulo...para darnos cuenta muy claramente lo que usaban y lo que cargaban nuestros valientes.

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  3. Excelente artículo..para darnos cuenta de como eran los articulos que usaban, y además que tenían que cargar

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